viernes, 28 de diciembre de 2012

Capítulo 26


Durante unos segundos, los profesionales se quedan parados mientras las letales abejas continúan saliendo al exterior de la colmena. Peeta y unos cuantos más son lo suficientemente listos para soltar todo lo que tenían encima y comienzan a correr, apartándose del caos que los rodea.
-¡Al lago, al lago! -grita Cato. Me doy cuenta de que es la primera vez que parece alterado desde que los Juegos comenzaron.
Todos corren en esa dirección pero la chica del 1 y la chica del 4 no tienen la suerte de poder escapar. Han recibido múltiples picaduras antes de caer al suelo, chillando, aferrándose desesperadamente a su último halo de vida antes de que finalmente sus ojos se cierren y todos sus intentos cesen.
Katniss, que se estaba alejando tambaleante por el bosque, vuelve hacia atrás deteniéndose a los pies de Glimmer en el momento en el que el cañonazo suena. Se agacha y, después de mirarla asombrada, intenta quitarle el arco que la chica había estado agarrando con fuerza.
Glimmer había sido una chica hermosa, pero el aspecto que tiene ahora me hacen venir náuseas. Las picaduras le cubren completamente el cuerpo, borrando sus delicadas facciones y de los bultos ha comenzado a salir una especie de pus o líquido verde.
No puedo evitar correr al lavabo de nuevo, aunque no sirva de nada ya que mi estómago está completamente vacío y no tiene nada que expulsar; así que me quedo allí sentado, mirando tan fijamente la blanca pared que cualquier persona que me viera pensaría que estoy descifrando un importante código; pero me siento incapaz de volver al salón y encontrarme de nuevo con la imagen de esa pobre chica destrozada.
No sé cuanto tiempo llevo aquí sentado, escuchando el monótono sonido de la televisión como si estuviera muy lejos de mí en lugar de en la habitación contigua, cuando alguien llama a la puerta y yo me levanto como puedo, caminando apoyándome en la pared.
Cuando abro la puerta, veo a Madge con un vestido verde que le llega hasta las rodillas, una bolsa que parece pesar colgada de su hombro y el cabello recogido en una trenza que me trae dolorosos recuerdos de Katniss, de como ella recogía siempre su cabello en una trenza hacia un lado. Recoge. Katniss recoge su cabello en una trenza. Tengo que dejar de pensar en ella como algo de mi pasado. No ha muerto y no va a morir. Volverá a casa.
-Uhh... Tienes mal aspecto -me dice Madge, devolviéndome al presente.
-¿De verdad?
-Si te soy sincera, parece como si una docena de agentes de la paz te hubieran dado una paliza -dice entrando en casa. -Oye, ¿has comido? -pregunta mientras se vuelve hacia mí.
-Emmm, no...
-Vale, te iba a proponer irnos de picnic pero no creo que estés en condiciones así que... ¿mejor comemos aquí? -bajo toda la naturalidad que intenta aparentar se puede apreciar un poco de nervios, como si temiera que el fuera a rechazar su proposición. ¿Quería irse de picnic conmigo? ¿Dónde? ¿En el bosque?
-Ehhh...
-¡Perfecto! -se dirige a la cocina y deja la bolsa sobre la mesa de la que saca carne fresca y unas cuantas fresas. Después de preparar la carne y ponerla en un plato junto a las fresas vuelve hacia donde estoy yo, que sigo plantado en medio del salón, mirándola con sorpresa.
-¿Te vas a quedar ahí plantado toda la vida o vas a venir a sentarte conmigo? -pregunta enarcando las cejas.
Un rugido de mi estómago hambriento responde a su pregunta y yo voy hacia el sofá y me siento a su lado.
Madge apaga la televisión y me mira, me da uno de los dos platos que sostiene y, juntos, comezamos a comer.


sábado, 24 de noviembre de 2012

Capítulo 25

Sé que llevo mucho tiempo sin actualizar el blog y una vez más os pido perdón. Aquí tenéis por fin el capítulo 25. Como siempre, espero que os guste.





Vuelvo al salón y me siento en el suelo, abrazándome las piernas con los brazos y apoyando la barbilla en las rodillas. Mi madre posa su mano en mi hombro y me da un cálido apretón, al que yo intento responder con una falsa sonrisa, antes de que se vaya a la cocina.
Prim se levanta del sofá y se sienta a mi lado, en la misma posición que yo. En su rostro aniñado se mezclan sus emociones, que van desde la añoranza y el miedo a la culpabilidad. Siempre había sabido que Prim estaba sufriendo mucho por Katniss, pero nunca me había parado a pensar en que pudiera sentirse responsable de todo lo que está pasando; pero ahora, mirándola a los ojos, se puede ver claramente la sensación de culpa que la invade.
- Prim, no fue culpa tuya -digo, girándome para mirarla a ella en lugar de a la pantalla.
- Sí que lo es. Todo lo que está pasando es mi culpa -le tiembla la voz al hablar.
- Prim...
- No, Gale. No digas nada. Sé que es verdad. Si no fuera por mí, Katniss no habría ido a los Juegos. Si no fuera por mí ella estaría en casa a salvo. Todo es culpa mía.
- Prim -como está evitando mirarme, me pongo justo delante suyo y hago que nuestras miradas se crucen. - Nada de esto es culpa tuya. Mira... se como debes sentirte, pero Katniss no querría que pensaras eso. No querría que ni por un segundo ese pensamiento pasara por tu cabeza.
- Si... ya... Seguro que ahora mismo me odia -dice volviendo a apartar la mirada, dirigiéndola a un hilo descosido de su vestido rosado.
- Seguro que no. Prim... tu eres lo que Katniss más quiere en el mundo. Si se presento voluntaria en la cosecha fue porque no podía permitir que a ti te pasara nada malo. Todo lo que está pasando no es tu culpa, es culpa del Capitolio. No tienes que culparte por algo que no podías evitar. 
Ella asiente en el mismo momento en el que la puerta suena de nuevo. Voy a abrir y la que esta vez aparece frente a mí es la madre de Kaniss.
- Hola Gale. ¿Está Prim aquí? 
- Sí, ha venido hace un rato; no quería ver los Juegos sola.
Ella suspira con alivio y me acompaña al interior de la casa. Cuando Prim la ve se precipita a sus brazos y se funden en un cálido abrazo.

El resto de la noche me siento en una especie de nube. Prim y su madre han accedido a quedarse a cenar con nosotros y mi madre ha preparado un estofado con la poca carne que nos queda, cosa que indica que pronto tendré que ir a cazar. Cualquier otro día del año esa idea habría resultado agradable y emocionante, pero ahora es lo último que me apetece hacer. Sin Katniss, el bosque me resulta un lugar grande y extraño y cada uno de los lugares que en él se esconden me traen más y más recuerdos de Katniss.
La pequeña televisión está encendida. Todos intentamos fingir que todo está bien e intentamos ignorar las imágenes del televisor en las que Claudius y Caesar nos hacen un resumen de los acontecimientos del día. Pero no podemos, por mucho que intentemos no pensar en la arena, es lo único que nos viene a la mente. Cada uno de mis pensamientos se centran en ese árbol rodeado de profesionales y en el que se encuentra la persona a la que más quiero en todo el mundo.
He estado como ausente durante toda la cena, toda la atención que he prestado a sido a mis propios pensamientos y a la pantalla, pero cuando nuestros platos ya están prácticamente vacíos veo a Rue. Está a pocos árboles de distancia de Katniss y le señala algo por encima de su cabeza. Cuando Katniss sigue con la mirada la dirección de sus dedos, la pantalla enfoca lo que ha llamado la atención de la pequeña: un nido de rastrevíspulas.
Estoy demasiado cansado, mis ojos se cierran por momentos y comienzo a ver borroso todo lo que me rodea. Me doy cuenta de que la cabeza comienza a darme punzadas y de que siento un pitido en los oídos. No me doy cuenta de que el himno de Panem ha estado sonando hasta que este cesa y entonces veo sonrisas en las caras de mi madre, Prim y la señora Everdeen. Ver a Prim sonriendo por primera vez desde la cosecha hace que me sienta feliz, aunque no sé cual es el motivo de la felicidad que parece que ha alegrado un poco el desolado salón.
Cuando Prim y su madre se van, me tiro en el sofá y me quedo dormido justo cuando mi cabeza toca el reposabrazos.

Me despierto al oír ruido a mi alrededor. Mi madre me esta llamando. Abro los ojos, pero los vuelvo a cerrar por la luz que entra por las ventanas abiertas. Es muy poca, pero a mis ojos cansados le parece como si estuviera mirando directamente al sol. Cuando me incorporo, un sabor ácido me sube por la garganta y voy corriendo al lavabo con la mirada sorprendida de mi madre siguiendo mi camino. Toda la cena de anoche abandona mi estómago dejándome un asqueroso sabor en la boca. Voy a la cocina y bebo agua.
- Gale, ¿estás bien?
- Mmm... -me siento en el suelo y me sujeto la cabeza con las manos.
- Gale, me tengo que ir a trabajar. Ahora llevaré a tus hermanos a clase. Tú quédate en casa y descansa, ¿vale? Necesitas descansar.
Me vuelvo a tumbar en el sofá y dejo que la inconsciencia me lleve de nuevo.
No he dormido casi nada, solo lo que el dolor de cabeza me ha dejado, pero finalmente me canso y enciendo la televisión.
Acaba de amanecer en la arena y veo a Katniss serrando la rama del árbol en la que están las rastrevíspulas. Recibe tres picaduras antes de que la colmena caiga al suelo y se parta como una nuez. Los insectos salen al exterior y se forma el caos en el comienzo de un nuevo día en los Juegos.


domingo, 11 de noviembre de 2012

¡Hola!

¡Hola a todos! Sé que llevo mucho tiempo sin escribir y que parece que tengo el blog olvidado, pero que sepáis que no me he olvidado de vosotr@s.
Ahora con las clases apenas tengo tiempo de ponerme y escribir tranquilamente por los deberes, los exámenes y el estrés, y cuando tengo tiempo la inspiración no me viene...
Sólo quería pediros perdón por el retraso y deciros que intentaré colgar capítulo lo antes posible.
¡Saludos!

sábado, 29 de septiembre de 2012

Capítulo 24

Se acercan al estanque en el que Katniss intenta curar sus quemaduras tosiendo y gritando a voces, orgullosos de haberla encontrado por fin. La chica del 4 esta vez se ha unido a la expedición de caza, ya que ahora el chico del 3 se encarga de vigilar las provisiones, a pesar de que cuentan con la protección de las minas.
Cuando Katniss los oye llegar, se levanta como puede y corre hacia un árbol al que poder trepar. Consigue llegar a una altura de unos seis metros ,a pesar de sus heridas y el dolor que delata su rostro cada vez que estas rozan la madera del tronco, justo cuando los profesionales llegan al pie del árbol.
Peeta se ha quedado atrás. Mira alternativamente a Katniss y a la manada con una expresión de autentico terror.
Alguien llama a la puerta y yo me levanto de un salto y corro a ver quién es. Cuando abro y miro al exterior, veo que se trata de Prim. Lleva su rubio cabello recogido en dos largas trenzas que le caen hasta la altura de los hombros. Me mira, indefensa.
-Mi madre ha salido y ahora no está en casa...
Yo asiento y le señalo con una mano el interior de la casa, a la que entra con paso inquisitivo. Mi madre le da un cariñoso abrazo y le hace un sitio a su lado en el sofá mientras yo me quedo detrás del respaldo, de pie, apoyado en él y apretando los muelles del relleno con fuerza.
Presiento lo peor y el miedo me inunda pero, al contrario que yo, Katniss luce una sonrisa de oreja a oreja.
- ¿Cómo va eso? -les grita a los profesionales en tono alegre.
Se puede apreciar el cambio en el rostro de Peeta, que pasa de temor a incredulidad; aunque supongo que ese cambio también ha sido evidente en mis facciones.
¿Qué es lo que Katniss pretende? ¿Unirse a los profesionales? No. Seguro que ella nunca se uniría a ellos. Pero entonces... ¿porque no muestra el más mínimo temor estando completamente acorralada, sin ningún arma exceptuando un cuchillo?
-Bastante bien -responde Cato claramente asombrado -. ¿Y a ti?
- Un clima demasiado cálido para mi gusto -responde, provocando un ataque de risa en Claudius, Caesar y la multitud del Capitolio que han enfocado en la pantalla -. Aquí arriba se respira mejor. ¿Por qué no subís?
Definitivamente, el humo le ha afectado. ¿Qué pretende con esto? ¿Quiere mostrarle a su hermana en directo como la matan?
- Creo que lo haré.
- Toma esto, Cato -dice Glimmer, ofreciéndole el arco plateado y el carcaj de flechas que Cato rechaza añadiendo que prefiere utilizar su espada, que lleva colgada de su cinturón.
Cuando Cato comienza a subir al tronco, Katniss se pone en posición y continua trepando ágilmente. Nunca he podido evitar pensar que se parece a una ardilla, con esos movimientos gráciles que la hacen trepar tan alto que incluso yo siento vértigo mirándola desde el suelo; por la forma en la que corre sobre las ramas, hasta por las más finas, debido a su práctica y a su peso. Su peso... Yo no puedo trepar tan alto como ella debido a mi peso, y cada uno de los profesionales debe de pesar el doble que yo. La tranquilidad de Katniss en este momento se debe a que sabe que ni siquiera el más pequeño de los profesionales logrará subir tan alto como ella, ya que las ramas se quebrarán en cuanto estos las agarren.
Y eso es lo que le ocurre a Cato, que acaba de caer de espaldas sobre la arena. Se levanta de un salto y comienza a gritar palabrotas y a gruñir como un perro rabioso. La risa casi se me escapa al verle, pero al reparar en sus ojos furiosos y asesinos esta vuelve a esconderse muy dentro de mí.
Glimmer tampoco consigue subir al árbol, ya que las ramas vuelven a quebrar a su paso.
Katniss ya se encuentra a unos veinticuatro metros de altura cuando comienzan los intentos fallidos de acertarla con flechas.
Cuando se cansan, enfurecidos, se agrupan y gruñen conspiraciones entre ellos.
- Venga, vamos a dejarla ahí arriba. Tampoco puede ir a ninguna parte; nos encargaremos de ella mañana -la voz de Peeta suena dura, aunque su rostro expresa debilidad, pero los profesionales están tan furiosos que no parecen percibirlo.
Finalmente, deciden hacer caso de Peeta y se tumban en sus sacos para dormir. En ese momento, todo está inundado por un silencio que parece inquebrantable, salvo por los enloquecidos latidos de mi corazón, en los que no había reparado hasta ahora, y que me retumban como sordos martilleos en mis oídos.
Por fin suelto el respaldo del sofá, en el que se han quedado grabadas mis manos, y voy con paso torpe a la cocina. Bebo agua, contando y esperando a que mi respiración se normalice. Sólo puedo pensar en lo larga que va a ser la noche.

martes, 18 de septiembre de 2012

¡DVD de LJDH!

Hoy día 18 de septiembre, por fin sale a la venta en España el DVD de Los Juegos del Hambre. ¿Emocionados, tributos? *-*



viernes, 14 de septiembre de 2012

Capítulo 23

Prim deja de llorar y se gira. Una expresión de alegría y desconcierto inunda sus delicadas facciones. Las letales llamas que hace apenas unos segundos ardían recorriendo media arena, ahora están completamente extinguidas. La única prueba de que estas han existido realmente son los troncos de los árboles y las hojas de los arbustos, que ahora están completamente abrasados.
Katniss se pone en pie a la vez que Prim se sienta en el regazo de su madre, aunque aún me aprieta con fuerza la mano.
Katniss se aleja cojeando hasta llegar al estanque que esa misma mañana había encontrado. Cuando su quemada piel entra en contacto con la tibia agua, su cara refleja el inmenso alivio que siente.
Poco a poco, la atmósfera de tensión que inundaba la habitación se relaja y Prim afloja la presión que ejercía contra mi mano, pero sin llegar a soltarse.
El alba comienza a despuntar y los cálidos y dorados rayos del sol penetran por las ventanas de la casa y comienzan a dar luz a la oscura y tenebrosa arena.
La mayor parte de los tributos han sufrido las consecuencias del incendio. Entre los tributos afectados se encuentran los profesionales y Peeta; Rue, la pequeña niñita del Distrito 11; y otros de los que no consigo recordar el nombre: el chico del 3 y la chica del 5, de la que no puedo evitar pensar que se da un aire a una comadreja.
Me despido de Prim y su madre y me voy a casa, porque el dolor de cabeza vuelve. Cuando llego, siento como mi barriga ruge y me preparo el desayuno.
Pienso en quedarme en casa y faltar a clase, porque realmente siento como si la cabeza me fuera a estallar, pero pienso que seguramente se me pasará a lo largo del día.
Cuando estoy abriendo la puerta para salir, me acuerdo de Prim y vuelvo a la cocina. Abro el armario de la comida y lleno una bolsa con gran parte de lo que cacé ayer y, de camino a clase, se la llevo a su casa.

Cuando entro al aula, la rutina de cada mañana se repite: nos sentamos y el profesor enciende el televisor.
Durante el largo día los tributos heridos se dedican a intentar curar sus heridas en los estanques; y los profesionales, cuando el sol lleva más de medio camino de su recorrido y han curado gran parte de sus quemaduras con las medicinas, comienzan con su habitual ronda de caza.
Cuando van caminando por entre los densos árboles, tropiezan con el chico del 3. Cato lo tira al suelo con fuerza y prepara su espada para rebanarle el cuello con un solo movimiento.
-¡Espera! -grita el chico con un auténtico deje de desesperación; tanto en sus ojos, como en su voz.
Cato hace caso omiso del chico y se gira hacia los demás, que lo vitorean y lo animan para que dé el golpe de gracia que acabará con la vida de ese pobre muchacho.
-¡Puedo ayudaros! -insiste.
-¿En serio crees que tienes algo que pueda servirnos, Distrito 3? -le espeta Cato con ojos llameantes de furia.
-¡La torre de provisiones! -chilla el chico.
-¿Que pasa con la torre? -pregunta Glimmer a modo de burla.
-¡Sé como protegerla!
-Está bien protegida -asegura Cato, que tiene los ojos brillantes de nuevo.
-¿Más que si estuviera rodeada de minas?
Todos los profesionales se miran sorprendidos y Clove se abalanza sobre el chico y  presiona un cuchillo en su cuello, haciendo correr por su garganta un hilo de sangre.
-¿Puedes hacer eso?
-Si me dejáis vivir, sí.

Una vez en el campamento de los profesionales, que estaba vigilado por Peeta, el chico del 3 comienza a escarbar alrededor de las placas por las que los tributos salían a la arena. Extrae algo que hay debajo de la tierra y lo vuelve a enterrar alrededor de la torre de provisiones.
-He vuelto a activar las minas que había alrededor de las placas y las he enterrado alrededor de la torre. Si alguien se acerca, volará en mil pedazos y se convertirá en cenizas -explica.
Marvel, Glimmer, Cato y Clove se miran satisfechos; mientras Peeta y la chica del 4 hablan apartados del grupo.

Cuando toca el timbre que anuncia el fin de las clases, me arrepiento de no haberme quedado en casa. Estoy física y mentalmente agotado y si a eso le sumamos que mis sienes están a punto de reventar...
Cuando llego a casa, mis hermanos están jugando en el salón, pero al ver mi pálido rostro, me dejan el sofá libre para que pueda tumbarme. Mi madre, que estaba en la cocina, se acerca con hielo envuelto en un paño que me pone en la frente, que hace que, al cabo de unos minutos, me sienta mucho mejor; aunque el cansancio no remita, así que cierro los ojos y dejo que la inconsciencia me lleve con ella.
Cuando despierto, tres pares de ojos me contemplan muy fijamente, a pocos centímetros de mi rostro.
Del sobresalto, echo todo mi cuerpo hacia atrás y casi me caigo de bruces al suelo. Los tres comienzan a reírse. A Rory incluso le cae alguna que otra lágrima de la risa.
Paso el resto de la tarde con ellos, ya que en estos últimos días he estado tan preocupado por los Juegos que no he tenido tiempo para mis hermanos. Pero en esas horas, toda preocupación desaparece y la suplanta una tan extraña como bienvenida felicidad. Pero por la noche, esta se esfuma como si no hubiera estado; como si estas pocas horas de liberación no hubieran existido. Y es que, los profesionales, la han encontrado.

viernes, 24 de agosto de 2012

Capítulo 22


Cojo mis armas del hueco vacío de un árbol y cargo el arco mientras las lágrimas no dejan de correr por mis mejillas. Cuando derribo a unas cuantas presas, comienzo a calmarme.
Me repito una y otra vez que no ha pasado nada, que todo está bien, pero la verdad es que no lo está. Nada de lo que está pasando ahora mismo puede decirse que esté bien. Hoy Katniss casi muere de deshidratación, ¿que le pasará mañana? ¿Un muto del capitolio? ¿Los profesionales? Por mucho que Peeta esté dispuesto a traerla con vida, puede que falle en uno de sus intentos de alejarlos de ella y entonces...
Descarto esta idea de la cabeza, como hago siempre que algún pensamiento comienza a angustiarme. Peeta lo logrará. Seguro que ella volverá.
Me paso el resto de la tarde en el bosque. Cuando voy a pescar al lago, no puedo evitar que el sueño aparezca en mi mente de nuevo. Lo dejo todo en el suelo y sin pensármelo dos veces cojo carrerilla y salto. A diferencia de lo que ocurrió en el sueño, esta vez si que llego al agua. Me sumerjo en ella y me alejo del mundo y de todo lo que está sucediendo en mi vida en este momento. Es una sensación tan extraña como satisfactoria.
Por mucho que el bosque ya sea un lugar extremadamente silencioso, siempre están los ruidos de los animales, el viento, los charlajos que cantan en las ramas de los árboles. Pero debajo del agua es como si ni siquiera eso existiera.
Cuando el sol empieza a ponerse, sé que es hora de volver a casa. Estoy empapado, pero no importa.
Antes de nada voy al Quemador y, como siempre, vendo parte de la carne obtenida.
Darius hace alguna que otra broma sobre mi ropa mojada y yo intento responder con una triste sonrisa, que él me devuelve. Sé que el apreciaba a Katniss y, como todos en el Distrito 12, también sufre viéndola en la arena.
Pienso en Madge. Ha estado muy amable conmigo estos días, a pesar de lo ocurrido el día de la cosecha. Se me ha olvidado coger fresas para llevárselas.
Cuando llego a casa, mi madre y mis hermanos ya están durmiendo. Aunque sea pronto, mi madre estará agotada por el trabajo y ha decidido irse pronto a dormir, así que, cuando acabo de guardar la caza y cambiarme mi ropa mojada, ceno y me voy al sofá.
Me tumbo y, con la televisión encendida, me quedo dormido.

Me despierta una luz y cuando abro los ojos me doy cuenta de que proviene de la pantalla encendida. La arena está ardiendo.
La cabeza me duele horrores y me cuesta concentrarme en lo que ocurre. Entonces veo a los tributos corriendo y entiendo de que se trata.
Los Vigilantes han creado este fuego para juntarles a todos ya que han pasado dos días en los que todo ha estado tan tranquilo que habrá llegado a aburrir a la audiencia del Capitolio. Y los Juegos del Hambre no pueden ser aburridos. No pueden permitírselo, así que con este fuego los juntaran y se asegurarán alguna que otra muerte.
Cuando la veo a ella no puedo quedarme aquí quieto sin hacer nada, así que salgo corriendo de casa, dispuesto a ir al bosque.
Sigo corriendo, cuando me detengo al ver que la luz de la casa de Katniss está encendida. Miro por la ventana y veo a Prim y a su madre con expresión de verdadero horror en la cara.
Prim, al ver una sombra en la ventana se gira y me ve. Se acerca a la puerta, me abre y me da un fuerte abrazo.
- Gale... -dice con un profundo sentimiento de tristeza inundándole la voz. -Pasa por favor.
Yo le hago caso y entro en el salón. Me siento en un sitio libre y saludo a la madre de Katniss, que me da un cálido apretón de manos.
Prim se sienta encima mío y juntos miramos fijamente la pantalla.
Los tributos corren con desesperación intentando alejarse del fuego.
Del incendio comienzan a surgir bolas de fuego, disparadas directamente contra los tributos, que apenas logran esquivarlas.
Entonces siento que me muero cuando veo a Katniss deteniéndose para vomitar. Los disparos están a punto de acertarla unas cuantas veces y yo no puedo hacer nada, sólo quedarme aquí sentado, impotente...
Los ojos de Prim comienzan a empañarse y me aprieta la mano con fuerza. Entonces comprendo que si que estoy haciendo algo. Lo único que Katniss me pidió; que cuidara de su hermana pequeña.
Así que cuando una de las bolas de fuego hace que la pernera del pantalón de Katniss comienza a arder y ella comienza a chillar, yo me guardo lo mejor que puedo la histeria que crece cada vez más dentro de mí. Katniss consigue apagarla pero, en lugar de continuar corriendo se sienta en el suelo, negándose a continuar avanzando.
El llanto desesperado de Prim comienza en ese momento. Se abraza a mi y a su madre, llorando desconsoladamente mientras el fuego continúa avanzando hacia su hermana.
Yo no puedo seguir controlando las lágrimas, que comienzan a correr como un torrente por mis mejillas.
Claudius Templeshmith y Caesar Flickerman llevan desde que comenzó el incendio muertos de la emoción y ahora no dejan de repetir algo que no escucho sobre la chica en llamas. Seguro que eso les ha dado la idea de incendiar la arena a los Vigilantes.
Y entonces, cuando ya lo damos todo por perdido, el fuego se disuelve con la misma facilidad con la que fue creado.

miércoles, 22 de agosto de 2012

Capítulo 21

El profesor enciende la pequeña televisión y los presentadores Claudius Templeshmith y Caesar Flickerman nos hacen un resumen de los acontecimientos de lo ocurrido en la arena hasta el momento y nos recuerdan los nombres de los tributos que siguen con vida: los dos del 1, los dos del 2, el chico del 3, la chica del 4, la chica del 5, el chico del 10, los dos del 11 y los dos del 12. Nuestros dos tributos siguen con vida. Katniss sigue con vida.
Y entonces me acuerdo de que Peeta no la entrego a los profesionales a pesar de que sabía exactamente en que árbol estaba. La vio pero no dijo nada. Y ese temblor en su voz...
Ahora lo entiendo todo y la furia que ese chico había despertado en mí se apaga por completo. Se ha unido a los profesionales para alejarlos de ella. Porque lo que dijo en la entrevista era cierto. Él la quiere y lo que va a hacer es protegerla; lo mismo que habría hecho yo de haber podido presentarme voluntario. Yo habría muerto en la arena por ella, para salvarla, y Peeta va a hacer lo mismo. Intentará traerla de vuelta a casa.
No pasa nada interesante durante la retransmisión. Los tributos cazan y buscan agua. Algunos tienen la suerte de encontrarla, pero otros, como Katniss, no tienen tanta.
A la hora de salida no tengo ganas de hablar con nadie y sé que Liam se me acercará, le esperaría y hablariamos un rato, pero estoy tan extremadamente cansado que lo único que quiero es volver a casa y no hacer nada.
Cuando el profesor anuncia que nos podemos ir y apaga la televisión yo ya lo tengo todo preparado, al contrario que mis compañeros, así que soy el primero en salir del aula. Ya hablaré con Liam mañana.
En casa saludo a mi madre, que está lavando la ropa que los comerciantes le han traído. Veo que tiene mucho trabajo y a pesar del sueño que tengo me ofrezco a ayudarla. Ella me mira y al ver mis ojeras se niega y me dice que me vaya a dormir, así que voy a mi habitación, lo dejo todo en el suelo, me quito la camisa y me tiro a la cama.
El último pensamiento que puedo formular es que ojalá el sueño de anoche se repita, ya que es el mejor que he tenido en mucho tiempo, aunque sea por el simple motivo de estar junto a ella.
Cuando abro los ojos veo que ya es entrada la noche.
Me levanto y voy al comedor en el que mi madre está viendo la televisión mientras cena.
- Tienes el tuyo en la cocina -explica señalándome su plato.
Voy a buscarlo y me siento a su lado.
- ¿Novedades? -pregunto frunciendo el ceño.
- No. Hoy ha sido un día muy tranquilo. Cazar, recolectar, buscar agua...
- ¿Ha encontrado? -inquiero preocupado, ya que lleva dos días sin beber y necesita encontrar agua pronto o morirá deshidratada.
Mi madre sacude la cabeza y yo miro a la pantalla.
Aunque mi siesta me haya sentado muy bien, no ha sido lo suficientemente larga para poder reparar todas las noches que llevo sin dormir; así que cuando acabo mi cena, tras asegurarme que Katniss está bien, me despido de mi madre y me voy a mi habitación, donde el sueño no tarda en volver a llevarme consigo.

La luz del nuevo día me despierta y con ella aparecen en mi energías renovadas.
Me preparo y, como cada día, me voy a clase.
Llego un poco antes de tiempo al aula y aún hay poca gente. Pero veo que Liam está sentado en su silla y hoy soy yo el que se acerca a saludarlo. Hablamos hasta que el profesor entra y vuelve a encender la televisión.
Lo que veo no me gusta. Hay un primer plano de Katniss y en su expresión ya se pueden comenzar a percibir los síntomas de la deshidratación.
Baja del árbol para reemprender la busca del líquido que su cuerpo tanto necesita, pero cuando está a 1 metro del suelo, no se agarra bien y se cae. Casi me incorporo de la silla, pero al ser una caída pequeña no parece haberse hecho daño y comienza a empaquetar sus cosas.
De vez en cuando aparecen imágenes del resto de tributos, pero en esos momentos yo desconecto; solo me importa ella.
Camina por el bosque casi dando bandazos y entonces se para.
- Agua -grita, supongo que dirigiéndose a los patrocinadores. Pero ningún paracaídas plateado llega.
La cámara se aleja y enfoca la arena desde arriba. Veo a Katniss en el bosque y allí... ¡un lago! Está muy cerca, solo tiene que aguantar un poco más.
Katniss parece darle vueltas a una idea y es como si una luz se iluminara dentro de ella. Sabe porque no le envía nada Haymitch, así que coge una rama rota que usa de bastón y sigue caminando a duras penas.
Durante el descanso para comer no pruebo bocado; no me siento capaz de comer.
Cuando la tarde cae veo en los ojos de Katniss que está a punto de derrumbarse. Toda la clase espera expectante a saber que pasará.
Katniss comienza a tropezar una y otra vez, aunque consigue levantarse; pero hay una vez que ya no se levanta.
Esto no puede estar pasando, ¡tiene el lago a 5 metros!
- ¡Venga! -grito levantándome y dándole una patada a la silla - ¡Ya estás Katniss! ¡Venga!
Todo el mundo me mira fijamente, pero yo sigo propinándole patadas a mi asiento.
Hasta que Katniss levanta la cabeza y comienza a arrastrarse en dirección al estanque. Cuando llega, llena su botella de agua y espera a que se desinfecte. En el momento en el que da el primer sorbo, salgo corriendo del aula, con lágrimas de felicidad en las mejillas, sin prestar atención a los gritos del profesor.
Sigo corriendo hasta que llego al bosque y me pierdo en él.

martes, 21 de agosto de 2012

Capítulo 20

Peeta mira a su alrededor preocupado. Sabe que ella tiene que estar cerca y está en lo cierto. El miedo comienza a invadirme ya que ahora Peeta correrá a decirle a los profesionales que Katniss está allí; ellos la encontraran y ella está desarmada... pero en lugar de salir a correr, Peeta continúa buscando con la mirada en arbustos y ramas, hasta que sus ojos se posan en la figura negra de Katniss en lo alto de uno de los árboles. Se levanta intentado mantener la calma y vuelve al lugar en el que le esperan.
- ¿Estaba muerta? -le pregunta Cato.
- No, pero ahora sí -su respuesta se ve correspondida por el cañonazo que suena a continuación - ¿Nos vamos? - dice intentando aparentar firmeza en su voz, aunque se puede percibir un ligero temblor que los profesionales no logran captar.
Los 5 salen corriendo justo cuando despunta el alba y los cantos de los pájaros llenan el aire. Sólo entonces, cuando están bien lejos del árbol de Katniss, consigo relajarme. Mis músculos se destensan y mi respiración y los latidos de mi corazón reanudan su habitual ritmo.
¿Cuantos días han pasado desde la cosecha? 6 días. Los peores 6 días de toda mi vida. Y todos los días que aún me quedan por sufrir. Si en este tiempo hubiera estado conectado a una de esas máquinas que marcan el ritmo cardíaco, las marcas habrían sido preocupantes.
Los tributos vuelven a ponerse en marcha, mientras que los profesionales se dedican a descansar cerca de su torre de provisiones.
Mis ojos comienzan a cerrarse. Apenas he dormido 3 horas en toda la noche, y la verdad es que en las anteriores no he dormido mucho más.
Lo último que veo antes de que el sueño pueda conmigo es a Katniss caminando por el bosque.
Esa imagen entra en mis sueños. La veo a ella. Los dos juntos cazando, como hacemos siempre. No deja de sonreír; tiene una sonrisa preciosa. Vamos a pescar y de repente ella se tira al agua y me llama desde dentro del lago. Me acuerdo del día en el que me enseño a nadar en este mismo lugar. Doy varios pasos hacia atrás, me preparo para coger carrerilla y salto, aunque mi cuerpo no llega a tocar el agua, ni siquiera rozarla. Me he despertado. Para ser exactos, mi madre me ha despertado. Llego tarde a clase.
Me preparo lo más rápido que mi cuerpo cansado me permite y salgo a correr hacia el colegio.
Cuando llego, todos están ya en el aula, aunque el profesor no ha llegado. Un profundo silencio se instaura en la clase tras mi llegada y todos los ojos se posan en mí, los siento clavados en mi espalda, igual que el día después de la cosecha. Pero yo me limito a sentarme en mi sitio, evitando mirar a nadie. Pero Liam se me acerca. Es mi amigo desde hace mucho tiempo.
- Tienes mala cara.
- Lo sé -respondo. No me extraña que la tenga.
- ¿Como estás? -me pregunta.
En lugar de contestar, le miro a los ojos. Él me observa y veo que lo entiende. Mis ojos empañados y mi expresión de dolor le dicen lo que no puedo expresar con palabras.
Coge una silla para sentarse a mi lado y supongo que darme ánimos, pero el profesor llega y tiene que ir a su sitio.
Por primera vez veo la pequeña televisión que hay al frente de la clase. Lo único que haremos estos días será ver los Juegos. Juegos a todas horas.
Suelto un bufido y me preparo para varias horas de nueva tortura.


domingo, 5 de agosto de 2012

Capítulo 19

- ¡Doce menos, quedan once! -gritan los 4, mientras Peeta se queda mirando el cuerpo inmóvil de la chica en el suelo.
Registran en las previsiones de la chica, pero no encuentran nada que merezca la pena.
- Será mejor que nos vayamos para que puedan llevarse el cadáver antes de que empiece a apestar -dice Cato, empezando a caminar.
Se alejan hasta el claro en el que se encuentra el árbol en el que Katniss está escondida y yo comienzo a rezar mentalmente para que no la vean.
-¿No tendríamos que haber oído ya el cañonazo?
- Diría que sí, no hay nada que les impida bajar de inmediato.
- A no ser que no esté muerta.
- Está muerta, la he atravesado yo mismo -refunfuña Cato entre dientes.
- Entonces, ¿qué pasa con el cañonazo?
- Alguien debería volver y asegurarse de que está hecho. -propone Glimmer.
- Sí. No quiero tener que perseguirla dos veces.
- ¡He dicho que está muerta! -grita Cato, enfadado de que el resto le contradigan y iniciando una discusión en la que todos comienzan a chillarse.
- ¡Estamos perdiendo el tiempo! ¡Iré a rematarla y seguiremos moviéndonos! -les corta Peeta.
La cámara enfoca a Katniss. Aunque apenas se la ve entre todas las ramas, se puede diferenciar su negra silueta que casi se cae del árbol por la sorpresa de escuchar a Peeta con los profesionales; suerte que estaba sujeta con el cinturón.
- Venga, chico amoroso -se burla Cato -compruébalo tu mismo.
Peeta se aleja y cuando llega al lugar en el que se encontraba la hoguera, se arrodilla al lado de la chica. ¿La va a matar?

-¿Por qué no lo matamos ya y acabamos con esto? -pregunta Marvel.
- Deja que se quede. ¿Qué más da? Sabe utilizar el cuchillo.
- Además, es nuestra mejor baza para encontrarla.
- ¿Por qué? ¿Crees que la chica se ha tragado la cursilería romántica?
- Puede. Parecía bastante simplona. Cada vez que la recuerdo dando vueltas con el vestido me dan ganas de potar.
- Ojalá supiéramos cómo consiguió el once
- Seguro que el chico amoroso lo sabe.

Cierro los ojos, cojo la botella de agua y doy unos cuantos tragos. Cuando vuelvo a centrar mi atención en la pantalla, Peeta tiene su cuchillo en la mano. Está temblando y... un par de lágrimas traicioneras corren por su rostro.
Pone los tres dedos centrales de la mano en el cuello de la chica y ve que su corazón sigue latiendo. Traga saliva ruidosamente y su respiración se acelera.
Acerca su boca a la oreja de la chica y le susurra algo al oido. Después, apartando la mirada, clava su cuchillo en el cuello de la chica y lo deja caer al suelo.
Cuando abre los ojos su mirada se posa en una trampa que hay colocada en el suelo. Sus ojos se llenan de reconocimiento; es una trampa de Katniss.

miércoles, 1 de agosto de 2012

Capítulo 18

Traición. ¿Como ha podido? Él nunca ha estado enamorado de ella. Solo era una estrategia para que ella se lo creyera y confiara en él. Y ella claro que lo ha hecho, pero ahora él está dispuesto a entregarla; a sentenciar su muerte.
Cato y Clove le siguen mirando a los ojos.
- Muy bien Enamorado. ¿Puedes encontrarla? -pregunta Clove que ahora sonríe maliciosamente.
- Sí. Sé como son sus trampas y su forma de luchar y sé cual es su territorio de caza.
Clove y Cato se miran. Cato baja la espada y los dos se alejan unos metros. Marvel continúa agarrando a Peeta y Glimmer se queda con él. Por mucho que los 4 estén en el mismo bando, se nota quienes mandan.
- ¿Qué hacemos? ¿Tú te lo crees? -le pregunta Clove a Cato.
- No lo sé. Pero es la única manera que tenemos de dar con ella.
- ¿Pero en serio crees que nos dirá donde encontrarla?
- De momento le aceptamos, pero en el momento en que vea que nos la está jugando, le mataré.
Clove asiente y vuelven junto a los otros. Los 4 se miran y Glimmer y Marvel asienten a la vez. ¿Lo han entendido? Parece que sí, porque Marvel suelta a Peeta y le da un empujón hacia adelante.
- ¡Vamos! -grita Cato- ¡Estamos perdiendo el tiempo! Llevanos hasta tu chica en llamas enamorado -ordena con una sonrisa maliciosa antes de que los profesionales vuelvan a emprender la marcha con las armas preparadas de nuevo.
Observo como se adentran sigilosamente en el bosque otra vez, caminando entre los frondosos árboles e iluminándose con la luz de las antorchas.

Los ojos se me empiezan a cerrar. Anoche no dormí nada con la preocupación del inicio de los Juegos y hoy llevo todo el día en la plaza mirando la gran pantalla. Aunque intento evitarlo por miedo a que mientras duermo ocurra algo, el cansancio acaba apoderándose de mí y finalmente consigo esas ansiadas horas de sueño que tanta falta me hacían.
Unas horas después me despierto a causa de la sed. Me levanto del sofá y me dirijo a la cocina. Cojo una botella de agua que llevo de nuevo al salón. Me siento y compruebo que no ha habido novedades mientras bebo. Dejo la botella a un lado y me vuelvo a tumbar, dispuesto a volver a dormirme, pero un ruido procedente de la pantalla me llama la atención. Es la chica del Distrito 8 encendiendo un fuego. ¿¡Se puede saber que hace!? ¿¡Como se le ocurre encender un fuego!? Y menos a estas horas de la noche en las que las llamas alertaran a cualquier tributo de cualquier parte de la arena. Si, vale, hace mucho frío, y no todos tienen la suerte de contar con un saco de dormir para protegerse, ¡pero están en los Juegos del Hambre! ¡Hay que apretar los dientes y aguantar hasta el alba!
La cámara enfoca a las ramas de un árbol que hay a unos metros de la chica y veo que se distingue una silueta apenas perceptible. Las cámaras intentan enfocarle la cara pero la oscuridad y las ramas lo impiden, aunque creo que se de quién se trata. Cuando Claudius y Caesar anuncian que la tributo que se encuentra en el árbol es Katniss, sé que estoy en lo cierto.

Todavía está oscuro, aunque se puede apreciar que el amanecer se acerca, cuando los profesionales se acercan a la zona en la que está la chica del 8. No me extraña que la hayan encontrado, porque esas llamas iluminan la arena entera.
Los 5 tributos salen de entre los arbustos y rodean a la chica que los mira con gran pánico en su mirada. Se tiran sobre ella, aunque Peeta se queda allí de pie sin saber que hacer y con una mezcla de miedo y desesperación reflejándose en su cara. Cato agarra con fuerza su espada y la sostiene sobre la chica con esa mirada asesina que se puede apreciar en sus ojos. La chica suplica y se retuerce bajo los brazos que la aprisionan con fuerza y la impiden escapar. Cada vez chilla más fuerte, hasta que Cato clava con fuerza su espada en el pecho de la joven haciendo que los gritos de esta cesen, no sin antes exclamar un último alarido de dolor. Su voz se ha apagado para siempre.

viernes, 27 de julio de 2012

Capítulo 17


Cuando todos se preparan, un escalofrío recorre mi cuerpo. Sus caras llenas de furia y sed de sangre me producen un gran temor. En la alianza de los profesionales están Marvel y Glimmer del 1, Cato y Clove del 2 y la chica del 4, cuyo nombre no me acuerdo. Marvel coge unas cuantas lanzas, Glimmer coge un arco que tendría que tener Katniss en ese momento, Cato coge dos espadas, Clove se llena la parte interior de la chaqueta con un montón de cuchillos de diferentes formas, aunque coge en la mano los dos más afilados y la del 4 se prepara para vigilar las provisiones. Los 4 tributos comienzan a caminar y se adentran en el bosque.


La imagen cambia y se ve a Peeta. Está sentado y apoyado en un árbol. Todavía está despierto y mira a su alrededor inquisitivamente. Parece que está esperando a alguien pero, ¿a quién puede esperar en la arena? En ese momento se levanta y comienza a caminar, aunque cogea, así que supongo que efectivamente se ha torcido el tobillo, tal y como había supuesto antes; pero a pesar de eso, camina con paso firme y seguro de sí mismo. Se detiene al cabo de un rato, mirando la cornucopia escondido entre los arbustos del bosque. ¿¡Pero que hace!? ¿Suicidarse? Como los profesionales le encuentren, puede darse por muerto. Y eso es lo que los profesionales hacen, lo encuentran.
No se habían alejado mucho de la cornucopia, y al escuchar un ruido, han dado media vuelta y se han tirado encima del chico en cuanto lo han visto.
Peeta se encuentra tirado en el suelo con la espada de Cato en el cuello. Traga saliva ruidosamente y le mira fijamente a los ojos.
- ¿Que haces tu por aquí Enamorado? -pregunta burlón Cato a la vez que aumenta la presión de la espada contra el cuello de Peeta, haciendo que corra un hilo de sangre.
- Yo... Pues... -no le salen las palabras.
En ese momento me doy cuenta de lo nervioso que estoy. Me incorporo en nuestro pequeño sofá y me quedo sentado moviendo la pierna nerviosamente y mordiéndome las uñas, cosa que no hacía desde hace mucho tiempo.
- Ohhh, el Enamorado no sabe que decir... Como no creo que tengas una excusa lo suficientemente buena, mejor te mato ahora mismo y así nos ahorramos tiempo todos. -y vuelve a presionar con más fuerza la espada. -Marvel, levántalo. -gruñe Cato.
Marvel agarra a Peeta por los brazos y Cato prepara su espada.
- ¡Espera! -grita Peeta - ¡Quiero ser vuestro aliado!
Todos se quedan tan estupefactos como yo. ¿Su aliado? ¿Para eso ha ido allí? ¿Para aliarse con los profesionales? Cato baja la espada y le mira fijamente.
- ¿Como dices, Enamorado? 
- Que he venido aquí para aliarme con vosotros.
Después de estas palabras Glimmer y Marvel comienzan a reírse, pero después de la mirada asesina que les dirijen Clove y Cato, se callan al instante.
- ¿Y porque crees que nosotros aceptaríamos esa petición? -pregunta Clove acercándose sin soltar su cuchillo.
- Porque soy el único que sabe como encontrarla -responde muy serio Peeta.

miércoles, 25 de julio de 2012

Johanna Mason


Después de la confirmación del actor que interpretará a Finnick en la película "En Llamas", Lionsgate ha confirmado que Jena Malone será la encargada de interpretar a Johanna Mason.

martes, 24 de julio de 2012

Teen Choice Awards 2012

Los Juegos del Hambre ha triunfado en la entrega de los premios Teen Choice Awards 2012. De 11 nominaciones ha conseguido 9 premios. Estos son los resultados:


Mejor película de ciencia ficción:
  • “Los Vengadores”
  • “Los juegos del Hambre” *PREMIO
  • “Mirror Mirror”
  • “La saga crepúsculo: Amanecer – Parte 1”
  • “Ira de titanes”
Mejor actor de una película de ciencia ficción:
  • Robert Downey, Jr., “Los Vengadores”
  • Chris Hemsworth, “Los Vengadores”
  • Josh Hutcherson, “Los Juegos del Hambre” and “Viaje al centro de la Tierra 2: la isla misteriosa” —*PREMIO
  • Taylor Lautner, “La saga crepúsculo: Amanecer – Parte 1”
  • Robert Pattinson, “ La saga crepúsculo: Amanecer – Parte 1 ”
Mejor actriz de una película de ciencia ficción:
  • Lily Collins, “Mirror Mirror”
  • Vanessa Hudgens, “Viaje al centro de la Tierra 2: la isla misteriosa”
  • Scarlett Johansson, “Los Vengadores”
  • Jennifer Lawrence, “Los Juegos del Hambre” — *PREMIO
  • Kristen Stewart, “ La saga crepúsculo: Amanecer – Parte 1 ”
Mejor sencillo de artista femenina:
  • “Set Fire to the Rain,” Adele
  • “Stronger,” Kelly Clarkson
  • “Dance Again,” Jennifer Lopez featuring Pitbull
  • “Part of Me,” Katy Perry
  • “Eyes Open,” Taylor Swift —*PREMIO
Choice Male Hottie
  • Justin Bieber
  • Ryan Gosling
  • Liam Hemsworth
  • Robert Pattinson
  • Ian Somerhalder — PREMIO
Mejor libro
  • “Los Juegos del Hambre” trilogia, Suzanne Collins —*PREMIO
  • “The Giver,” Lois Lowry
  • “La saga crepúsculo,” Stephanie Meyer
  • “The Divergent Trilogy,” Veronica Roth
  • “The Lucky One,” Nicolas Sparks
Mejor "química" de película:
  • Ryan Gosling and Steve Carell, Crazy, Stupid, Love.
  • Jennifer Lawrence and Amandla Stenberg, The Hunger Games — *PREMIO
  • Will Smith and Josh Brolin, Men In Black 3
  • Channing Tatum and Jonah Hill, 21 Jump Street
  • Mark Wahlberg and Ted (voice of Seth MacFarlane), Ted
Mejor pareja de cine:
  • Zac Efron and Taylor Schilling, The Lucky One
  • Jennifer Lawrence and Josh Hutcherson, Los Juegos del Hambre —*PREMIO
  • Kristen Stewart and Robert Pattinson,  La saga crepúsculo: Amanecer – Parte 1
  • Emma Stone and Ryan Gosling, Crazy, Stupid, Love.
  • Channing Tatum and Rachel McAdams, The Vow
Mejor villano de película:
  • Jemaine Clement, Men In Black 3
  • Tom Hiddleston, Los Vengadores
  • Rhys Ifans, The Amazing Spider-Man
  • Alexander Ludwig, Los Juegos del Hambre — *PREMIO
  • Charlize Theron, Blancanieves y el cazador
Mejor "ladrón" de escena masculino:
  • Chace Crawford, Qué esperar cuando estás esperando
  • Chris Evans, Los Vengadores
  • Kevin Hart, Pensar como un hombre
  • Liam Hemsworth, Los Juegos del Hambre — *PREMIO
  • Kellan Lutz,  La saga crepúsculo: Amanecer – Parte 1
Mejor "ladrón" de escena femenino:
  • Elizabeth Banks, Los Juegos del Hambre
  • Ashley Greene,  La saga crepúsculo: Amanecer – Parte 1  —*PREMIO
  • Lea Michele, New Year’s Eve
  • Nikki Reed,  La saga crepúsculo: Amanecer – Parte 1
  • Nicole Scherzinger, Men In Black 3

Capítulo 16


Los aerodeslizadores llegan y se llevan los cuerpos de los tributos sin vida. Ahora serán transportados a sus distritos, donde sus familias podrán enterrarlos. Una imagen pasa por mi cabeza. Me imagino a Katniss muerta en el suelo, pálida, completamente immóbil y con unos ojos que no expresan emoción ninguna; los aerodelizadores la traerían a casa en una caja de madera y ya no volvería a verla nunca más. ¿Qué haría yo? Supongo que ya nada importaría, no importaría nada de lo que me pasara, porque yo no sería nada si ella no estuviera.
La noche llega y los tributos se disponen a descansar. Katniss se sienta junto a la mochila, la abre. De ella saca un saco de dormir que guarda el calor corporal, un paquete de galletas saladas, un paquete de tiras de cecina de vaca, una botella de yodo, una caja de cerillas de madera, un rollo de alambre, unas gafas que parecen ser de sol y una botella de plástico de 2 litros vacía. Ahora me paro a pensar en que no ha bebido agua en todo el día. La única fuente de agua que he visto de momento ha sido el lago que había junto a la cornucopia y de donde han conseguido el agua los profesionales. Vuelve a guardar las cosas en la mochila y la imagen cambia. 
Ahora es Peeta el que aparece. Esta sentado en el bosque y se examina el tobillo, puede que se lo haya torcido esta mañana cuando se hizo los arañazos. El corte del brazo ya ha dejado de sangrar del todo pero lleva una venda para que no se infecte. El no ha conseguido coger nada de la cornucopia pero veo que tiene un cuchillo. Puede que se lo hayan lanzado y haya conseguido recuperarlo, igual que Katniss.

Suena el himno del Capitolio y las imágenes de los tributos muertos aparecen en el cielo de la Arena para que los tributos con vida sepan quienes son los fallecidos. A ellos solo les muestran una fotografia suya para que no tengan la ventaja de saber el arma secreta del ejecutor, pero nosotros tenemos que ver otra vez las muertes. No puedo verlas de nuevo, así que me voy a casa, ya que llevo todo el día aquí y ni siquiera he comido.
Cuando entro mi madre me dedica una triste sonrisa y me señala la cena, que está preparada en la mesa.
- Gracias -contesto tristemente.
Ella asiente y se sienta en el pequeño y roto sofá que nosotros consideramos un lujo aunque sus condiciones sean pésimas. La televisión está encendida, ya que durante los Juegos es la única época en la que disponemos de electricidad en las casas durante la noche, para que no nos perdamos ni un segundo de la "apasionante" lucha.
Ya han terminado de retransmitir las muertes así que cuando acabo de cenar yo también me siento en el sofá justo cuando aparece Katniss. Se sube a un árbol, se mete en el saco de dormir, se ata a la rama con el cinturón del traje y se duerme. 
La Arena sigue en silencio cuando mi madre se levanta y también se va a dormir, al igual que la mayoría de tributos; pero los profesionales no, para ellos, ahora es la hora de la caza. 

lunes, 23 de julio de 2012

Finnick Odair


Desde hace unos días el rumor se ha confirmado. ¡Ya tenemos actor para interpretar a Finnick Odair! Sam Clafin será nuestro Finnick en la película En Llamas.

viernes, 20 de julio de 2012

Capítulo 15


¡Esta viva! ¡ Ha sobrevivido al baño de sangre! ¿Ha conseguido el arco?
Yo continuo sentado en el suelo, pensando, cuando Madge comienza a gritarme:
- Gale, ¡levántate! ¡Los agentes de la paz te están buscando!
- ¿¡Qué!? -digo levantándome y comenzando a correr con Madge a mi lado.
- Te has ido corriendo hacia el bosque en medio del inicio de los Juegos y todo el mundo te ha visto. ¿Que esperabas?
Llegamos al distrito y veo que la gente continua en la plaza mirando la pantalla en la que se ve a los profesionales en la cornucopia recogiendo todas las provisiones que quedan. La cámara les enfoca la cara uno por uno y en todas se puede ver su sed de sangre.
- ¡Gale! - la voz de mi madre a mis espaldas me sorprende - ¿Dónde has ido? Te están buscando.
- Lo siento, en serio. Es que la he visto... Iba a ir y yo...
- Ahora ya da igual. -me para ella viendo que no me salen las palabras.
Dejo de mirarla ya que una imagen capta mi atención. ¡Es Katniss! Las cámaras la enfocan mientras ella corre huyendo de la cornucopia. Al final no ha conseguido el arco, pero tiene una mochila naranja, un cuchillo y una especie de cuadrado de plástico. No está mal y parece que la mochila lleva provisiones.
Durante las horas siguientes, el capitolio va retransmitiendo alternativamente las imágenes de todos los tributos con vida para que sus familias sepan que están bien y siguen luchando.
Cada vez que Katniss aparece, siento que se me para el corazón, pero solo es un momento, por que unos segundos después comienza a latir tan deprisa que creo que se me va a salir del pecho. No es que creyera que ella no lo conseguiría, pero estaba tan preocupado de que pudiera morir en la cornucopia que verla sana y salva corriendo por el bosque me crea las esperanzas de que pueda volver a casa.
También aparece Peeta unas cuantas veces. Cuando yo estaba en el bosque debió caerse, porque tiene bastantes arañazos y un corte en el brazo del que mana un poco de sangre.
En cuanto a los profesionales, ya tienen su habitual torre de provisiones cerca de la cornucopia. Han rellenado las botellas vacías con el agua del estanque y tienen una gran cantidad de comida y armas. Cato es el que más temor me transmite con esa mirada despiadada y aparentemente sin sentimientos.

Ya es última hora de la tarde cuando las cámaras dejan de enfocar a los tributos vivos y se centran en los muertos. Enfocan sus caras y Claudius Templeshmith y Caesar Flickerman retransmiten de nuevo sus muertes como buenos presentadores de los Juegos; como si la gente no tuviera suficiente con tener que verlos morir una vez, como si sus familias no estén sufriendo ya bastante. Y esto sin contar con el resumen del día que está programado para esta noche.
Intento no mirar, porque cada muerte es peor que la anterior y Cato parece una maquina asesina y sin piedad, al igual que el resto de profesionales; pero hay una muerte que me llama la atención. Katniss recoge la mochila naranja del suelo cuando el chico del Distrito 9 la agarra también, comienzan a estirar cada uno hacia un lado cuando Clove, la chica del 2, lanza un cuchillo que se clava en la espalda del joven. La cara de Katniss se llena de sangre y sus ojos se clavan en Clove, agarra fuerte la mochila y comienza a correr hacia el bosque, pero la del 2 le lanza otro cuchillo que Katniss consigue parar con la mochila.
Cuando pasan a la siguiente imagen me doy cuenta de que estoy temblando y me alegro de haberme ido, porque en ese momento no sé que habría hecho.

Las imágenes dan paso a los cañonazos que anuncian a los tributos con vida el número de muertes que ha habido. Siempre aparecen en el momento justo de la muerte, pero el primer día esperan al final del baño de sangre porque les resulta demasiado difícil llevar la cuenta de los fallecidos. 11 cañones. 11 críos inocentes han muerto en apenas unas cuantas horas. Y todavía tienen que morir 12 más. Lo único que espero es que Katniss no esté entre ellos.

martes, 19 de junio de 2012

Capítulo 14

¡Por fin, el capítulo 14! Ya he acabado los exámenes y espero tener más tiempo para escribir en el blog. Espero que os guste :D






Ella está aquí conmigo. Ella. Katniss. No puede ser. Mi corazón se acelera cada vez más y escalofríos recorren mi espalda. Las cámaras enfocan a Katniss, que está tan sorprendida como el resto de Panem. Apenas presto atención, ya que una tremenda rabia invade mi cuerpo y me nubla la mente. Finalmente la pantalla se apaga y yo voy al bosque. No corro ni me apresuro, simplemente me dejo llevar. 
Cuando llevo un rato corriendo y ya ni siquiera sé donde estoy, oigo unos pasos tras de mí. Me giro y veo a Madge con la escasa claridad que proporcionan los escasos rayos de luz que desprende el sol. Lleva un vestido azul y su cabello está recogido en un moño.
- Gale, ¿que haces? -me pregunta desconcertada.
- Nada -digo bruscamente mientras reanudo mis pasos en dirección contraria.
- ¿Ha dicho ella que sí? ¿Ha dicho ella algo? 
Me doy cuenta de que sus palabras son verdad, realmente Katniss no ha dicho que sienta lo mismo que Peeta por ella; pero yo continuo caminando.
- ¡Gale contéstame! -me grita poniéndose delante mío impidiéndome continuar.
- No.
- Tu la amas, ¿verdad? -la miro a los ojos y lo que expresan es... ¿dolor?
- Si.
Ella asiente con la cabeza, se gira y comienza a correr en dirección al distrito.
Yo tardo unos segundos en tranquilizarme y convencerme de la realidad que Madge me acaba de mostrar, no es seguro que Katniss le quiera, y yo me voy a aferrar a esa esperanza, ya que es lo último que se pierde.
De camino a casa me doy cuenta de lo egoísta que soy. Yo me he estado preocupando por la posibilidad de un romance entre Katniss y Peeta cuando ella ahora mismo lo estará pasando fatal, mañana comienzan los Juegos. 
<<Puede que ella muera mañana>> pienso, aunque descarto esta idea de mi mente, ya que no puedo soportar el dolor que esta me provoca.
Ceno sin ninguna emoción. Mi madre me mira preocupada por momentos, pero no dice nada, así que supongo que entiende que no tengo ganas ni fuerzas para hablar.
Después de cenar me voy a mi habitación y me tumbo en la cama. Lágrimas y más lágrimas me inundan los ojos y acaban desbordándose por mis mejillas y mojando mi almohada.
Estoy agotado, pero no consigo dormirme, así que me levanto y me dirijo a la pradera, donde me tumbo y contemplo las estrellas. Cuando parece que el sueño por fin se comienza a apoderar de mí, me vuelvo a levantar y en mi cama me duermo, aunque preferiría no haberlo hecho...
Un grito me despierta, hasta que me doy cuenta de que procede de mí mismo. Las pesadillas no han cesado en toda la noche y han sido las peores de toda mi vida.
Me visto lo más rápido que puedo porque es bastante tarde y voy a la plaza con mi madre y mis hermanos. Busco a Prim con la mirada, pero no la encuentro así que supongo que habrán preferido verlo en casa con más intimidad, temiendo lo que pueda suceder.
El sello del Capitolio aparece y siento que me ahogo cuando los tributos van apareciendo en el campo de batalla.
- Damas y caballeros, ¡que empiecen los Septuagésimo Cuartos Juegos del Hambre! -anuncia la voz del presentador Claudius Templesmith.
Los sesenta segundos que tienen los tributos para pensar su estrategia antes de la lucha comienzan. Busco a Katniss y la veo rastreando el campo. Enfrente suyo la Cornucopia, equidistante de todos los tributos y llena de provisiones;  a su derecha, un lago y a su izquierda, unos bosques de pinos. Deseo desesperadamente que Katniss corra en esa dirección, pero veo que su mirada se posa en algo en la Cornucopia. Un arco. ¡No! ¡No, Katniss, no! Quedan 40 segundos y veo como ella se coloca en posición de correr, pero no hacia donde yo desearía. No puedo soportarlo. No puedo soportar ver como matan al amor de mi vida, así que comienzo a correr lo más aprisa que mis piernas me lo permiten, sin importarme las miradas desconcertadas que me dirije la gente, y voy al bosque. No me detengo al cruzar la verja, sino que continuo corriendo hasta que en una pradera me tropiezo con mis propios pies y me quedo estirado en la hierba verde. Me siento y rodeo mis piernas con mis brazos, balanceándome sobre mi mismo. 
La he perdido. La he perdido para siempre. Esa idea me mata por dentro. No puedo. Siento como ese dolor se instala en mi corazón y me desgarra lentamente. Intento no pensar en nada, dejar mi mente en blanco, pero no lo consigo. Y continuo sufriendo en silencio, con lágrimas que son el único testigo de mi dolor.
Una mano en mi espalda hace que me incorpore de un salto y que mi mirada se pose en la de Madge.
- Está viva Gale. Está viva y a salvo.

lunes, 11 de junio de 2012

Encuesta cerrada

Los resultados de la encuesta sobre cual es vuestro personaje favorito son estos:


Peeta
  37 (59%)
 
Katniss
  10 (16%)
 
Gale
  3 (4%)
 
Finnick
  5 (8%)
 
Prim
  1 (1%)
 
Haymitch
  2 (3%)
 
Rue
  2 (3%)
 
Otro
  2 (3%)
 

sábado, 2 de junio de 2012

Capítulo 13

Siento haber tardado tanto en escribir el capítulo, pero es que ahora a final de curso es cuando tengo más examenes... Como siempre, espero que os guste :D



La plaza se llena de gritos por todas partes, es la primera vez en mucho tiempo que los tributos del 12 consiguen una nota tan alta y por eso todo el mundo quiere celebrarlo. Yo todavía no me lo puedo creer, ¡Katniss ha sacado un 11! ¡Ha superado a todos los profesionales! Estoy completamente seguro de que les ha hecho una demostración de lo buena que es con el arco. Siento como alguien se me acerca, me giro y veo a Madge.
- ¿Como estás Gale? El otro día me diste un buen susto.
- Bien, ya estoy mejor.
- Ya lo veo -sus palabras van acompañadas de una preciosa sonrisa que ilumina su rostro.
Yo también sonrío, pero alguien la llama y ella se marcha, no sin antes despedirse.
- ¿Nos vemos mañana para las entrevistas? -me dice con un extraño brillo en los ojos.
- Si, claro.
Después ella asiente y se aleja hacia donde está su padre.
Yo me dirijo a donde están mis amigos, que se alegran de que por fin me haya dignado a aparecer de nuevo por aquí y hablar con ellos. Pero mi madre se acerca y me dice que tiene que salir a trabajar y que me tengo que encargar de cuidar a mis hermanos, así que me despido de mis amigos y me dirijo a casa con todos.
Una vez allí, ellos se ponen a jugar y yo me tumbo en mi cama.
Katniss Everdeen, un 11... La frase resuena repetidamente en mi cabeza, como si la escuchara constantemente, una vez tras otra.
Cuando llega mi madre, comenzamos a cenar y al acabar, me voy a dormir, ya que estoy completamente agotado y los ojos ya se me empiezan a cerrar.


Noto que alguien sacude mi hombro y siento los rayos del sol que entran por mi ventana. Abro los ojos y veo a mi madre.
- ¡Gale, llegas tarde a clase! ¡Corre, venga levanta!
Me visto lo más rápido que puedo y corro hacia la escuela. Tengo la suerte de que el profesor todavía no ha entrado a la clase y tengo tiempo a sentarme en mi sitio unos segundos antes de que él entre.
Como el último día que vine a clase, no consigo prestar atención y me sumerjo en mis propios pensamientos y preocupaciones. Se puede decir que me "despierto" de mis sueños cuando me lanzan algo a la cara. Miro hacia el lugar de donde proviene y veo que me señalan al suelo. Dirijo la mirada hacia allí y veo una nota de papel. La recojo y la abro. <<Gale, al menos coge un papel para hacer ver que estás prestando atención. Es que se te nota demasiado>> Se me escapa una risa y algunos me miran, pero por suerte el profesor no me ha escuchado. Miro a las mesas de los demás y veo que todos tienen algo escrito en sus folios, pero yo en cambio tengo la mesa vacia. Miro a Liam, que es el que me ha mandado la nota y articulo la palabra gracias con los labios. El asiente y vuelve a intentar mirar al profesor, aunque sé que esta prestando la misma atención que yo, y eso es igual a nada.
Por fin se acaba el horario y podemos volver a casa y prepararnos para ver las entrevistas. Estoy deseando volver a ver a Katniss. Seguro que estará preciosa con cualquier vestido que le pongan, y viendo los estilistas que tiene y lo espectacular que estaba en el desfile...
Se me pasa el tiempo volando y ya es la hora de dirigirnos a la plaza, a la que me dirijo prácticamente corriendo.
Como siempre, el sello del Capitolio aparece y las entrevistas comienzan. No presto mucha atención a ninguna en especial, solo me fijo un poco en la de esa niña de 12 años del distrito 11, Rue. Y por fin llega el turno de Katniss. Sube al escenario con un impresionante vestido rojo lleno de brillantes. Como siempre, está preciosa. Me quedo embobado mirando sus ojos, su sonrisa, cada uno de sus gestos, hasta que Caesar Flickerman comienza con sus preguntas.
- Bueno, Katniss, el Capitolio debe de ser un gran cambio, comparado con el Distrito 12. ¿Que es lo que más te ha impresionado desde que estás aquí?
Ella le mira confusa, como si no le hubiera entendido. Parece que busca a alguien entre el público y finalmente responde.
- El estofado de cordero.
Todo el mundo comienza a reír, yo incluido. Esta es mi Katniss, la Katniss de la que llevo enamorado tanto tiempo.
Caesar nota que está nerviosa, así que la ayuda diciendo que a él también le encanta.
- Bueno Katniss -dice reanudando la entrevista - cuando apareciste en la ceremonia inaugural se me paró el corazón, literalmente. ¿Qué te pareció aquel traje?
- ¿Quieres decir después de comprobar que no moría abrasada?
La gente vuelva a reír y yo vuelvo a incluirme en el grupo.
- Sí, a partir de ahí.
- Pensé que Cinna era un genio, que era el traje más maravilloso que había visto y que no me podía creer que lo llevase puesto. Tampoco puedo creerme que lleve éste. En fin, ¡fíjate! -entonces se levanta y comienza a girar sobre sí misma.
Su vestido comienza a mostrar unas llamas tan espectaculares como las del desfile y vuelve a dar la impresión de que está ardiendo.
Caesar le pide que no pare, pero ella finalmente se detiene, mareada.
- Bueno, hablemos de la puntuación: once. Danos una pista de lo que pasó allí dentro.
- Hummmm... Sólo diré una cosa: creo que nunca habían visto nada igual.
Las cámaras enfocan a los Vigilantes, que ríen y asienten, y yo no me extraño, por que nadie se puede comparar a Katniss.
Caesar le pide detalles, pero ella no dice nada. Finalmente le pregunta por su hermana.
- Volvamos al momento en que dijeron el nombre de tu hermana en la cosecha. Tú te presentaste voluntaria. ¿Nos puedes hablar de ella?
Las facciones de Katniss endurecen al instante y se que no quiere hablar de ella, no con esa gente.
- Se llama Prim, sólo tiene 12 años y la amo más que a nada en el mundo. -después de estas palabras se podría escuchar hasta el zumbido de una mosca.
- ¿Qué te dijo después de la cosecha?
- Me pidió que intentase ganar como pudiera.
- ¿Y que respondiste?
- Le jure que lo haría.
- Seguro que sí -después de estas palabras suena el zumbido con el que finaliza la entrevista. Claudius le da la mano dice - Lo siento, se acabó el tiempo. Te deseo la mejor de las suertes, Katniss Everdeen, tributo del Distrito 12.
El último en subir es Peeta. Intento prestar atención a su entrevista, pero todavía estoy recordando lo increíblemente hermosa que iba Katniss con ese precioso vestido.
Peeta y Caesar comienzan a olerse mutuamente, decidiendo cual de los dos huele más a rosas, y haciendo otras muchas bromas. Pero hay un tema que hace que la cara de Peeta adquiera un tono serio.
- Dime, ¿tienes alguna chica especial esperándote en tu distrito? -Peeta niega con la cabeza, aunque no parece muy convencido, así que Caesar continua insistiendo - ¿Un chico guapo como tú? Tiene que haber una chica especial. Venga, ¿como se llama?
- Bueno, hay una chica - cede él finalmente - Llevo enamorado de ella desde que tengo uso de razón, pero estoy seguro de que ella no sabía nada de mí hasta la cosecha.
No puedo evitar sentir lástima por él, ya que sé lo que duele eso, un amor no correspondido.
- ¿Tiene a otro? -pregunta Caesar, con el corazón en la mano.
- No lo sé, aunque les gusta a muchos chicos -me pregunto si se tratará de Madge, ya que sé que ella tiene algunos chicos detrás suyo.
- Entonces te diré  lo que tienes que hacer: gana y vuelve a casa. Así no podrá rechazarte, ¿eh?
Es un buen consejo, pero espero de todo corazón que no lo lleve a cabo, ya que la que quiero que vuelva a casa es Katniss.
- Creo que no funcionaría. Ganar... no ayudará, en mi caso.
- ¿Por qué no? -pregunta Caesar, perplejo.
-Porque... -empieza a balbucear Peeta, ruborizándose -Porque... ella está aquí conmigo.



viernes, 18 de mayo de 2012

Capítulo 12

Ya está listo el capítulo 12. Espero que os guste :D


Un rayo de luz me despierta, aunque los ojos me pesan demasiado como para poder abrirlos. Me pongo a pensar en lo que ha pasado antes: al salir de clase me he comenzado a marear y el dolor de cabeza (que todavía sigue presente) empezaba a ser insoportable. Me senté a la sombra de un árbol y Madge me ayudó a volver a casa. Espera un momento... ¿Madge? ¿Fue ella la que sostenía mi mano cuando yo estaba estirado en mi cama? Sí, porque en cuanto llego mi madre me soltó y se fue. No sé que significará ese gesto, pero decido que no importa y que no me siento lo suficientemente bien como para pararme a pensar en ello; además, solo me tenía cogido de la mano, supongo que simplemente estaría preocupada por mí.
Por fin abro los ojos y el sol está muy alto en el cielo, parece que sea mediodía, pero no puede ser; ayer me quedé dormido por la tarde y no creo que haya estado inconsciente casi un día entero.
Me levanto pero comienzo a tambalearme y por poco caigo al suelo, de manera que me vuelvo a tumbar. En ese momento mi madre entra por la puerta. Al verme despierto sonríe en un gesto que muestra un alivio evidente.
- Me había parecido escuchar un ruido. -me dice con esa voz maternal - ¿Como te encuentras?
- Mejor. ¿Llevo casi un día entero dormido? -mi madre se ríe, aunque es evidente que no le hace gracia - ¿Que pasa?
- Nada. Bueno, es que no llevas un día dormido. Llevas dormido dos días y medio.
Me la quedo mirando, intentando analizar lo que me ha dicho. ¡Dos días y medio! No me lo puedo creer. Espera un momento... ¡Katniss! Voy contando los días en mi cabeza y me tranquilizo, los Juegos no han empezado. Hoy son los resultados de los entrenamientos privados con los Vigilantes, mañana son las entrevistas y después de mañana... Intento no pensar en eso, porque siento como me vuelvo a marear.
- ¿Pero como? ¿Que ha pasado?
Se sienta al borde de mi cama y se dispone a explicarme lo que ha ocurrido.
- Madge te trajo el otro día. Me dijo que te había encontrado agachado y temblando en un árbol. Ella te estaba llamando pero tu no contestabas y cuando te tocó, vio que estabas ardiendo. Al parecer aquel dolor de cabeza no era tan poca cosa, pero eres tan cabezota... Te quedaste dormido al tumbarte en la cama y te has despertado a ratos, pero a los cinco minutos te volvías a dormir. Prim y su madre me han ayudado a intentar que te bajase la fiebre.
Prim... ¡Prim! El otro día le prometí que iría con ella al bosque. Buff, me siento fatal; parecía que tenía muchas ganas. La iré a buscar para que vayamos hoy.
Me levanto y siento las piernas un poco agarrotadas, pero camino un poco y se me pasa. Como y me visto. Necesito salir y que me dé un poco el aire.
Voy a buscar a Prim y le propongo si quiere ir al bosque hoy. Su respuesta es una gran sonrisa de satisfacción, así que los dos nos encaminamos hacia el bosque. Cruzamos la alambrada y cojo los arcos del árbol en el que Katniss y yo los guardábamos.
Prim comienza a correr alegremente entre los árboles, sintiendo esa sensación de libertad que estos le transmiten y que también me transmiten a mí. Yo camino detrás de ella hasta que llegamos al lago en el que está la pequeña cabaña. Ella se gira y me dirige una mirada inquisitiva.
- Gale, aquí no puede escucharnos nadie, ¿verdad?
- No, claro que no -no sé a que vendrá esa pregunta, pero lo cierto es que el bosque es el lugar más seguro (respecto a lo que en vigilancia se refiere) que conozco.
Ella sonríe y se vuelve a alejar corriendo. Yo me quedo allí parado, ya que no me lo esperaba y de repente escucho un grito. Corro los más rápido que puedo en dirección al sonido y me encuentro a Prim dando vueltas sobre sí misma y gritando lo más fuerte que puede. Al final se tumba en el suelo y se ríe. Yo no entiendo nada y me la quedo mirando con los ojos en blanco.
- Necesitaba hacer esto, ¿sabes? -me dice una vez se ha calmado.
- ¿Hacer el qué? ¿Gritar?
- Sí. Desahogarme. Después de todo lo que está pasando...
La verdad es que la entiendo, yo también estuve aquí gritando después de la cosecha.
Durante el resto del día yo cazo y Prim recolecta, ya que no hay manera de que coja un arco o un cuchillo, y  acabamos consiguiendo una gran cantidad de comida que nos llegará para toda la semana.
Volvemos al 12 y vamos al Quemador, donde vendemos una buena parte. Le doy su parte a Prim y cada uno nos dirigimos a nuestra casa. De camino veo a bastante gente en la plaza y me doy prisa para llegar a tiempo de ver las puntuaciones. Lo dejo todo en la mesa de la cocina y corro hacia la plaza. Me coloco en un buen sitio y contesto a todos los que me preguntan como estoy, ya que supongo que me vieron el otro día.
El sello del capitolio aparece en la pantalla y a continuación salen las fotos de los tributos acompañadas de su puntuación. Las notas de los profesionales están entre el 8 y el 10, la niña pequeña del 11 saca un 7 y por fin llegan las del 12. Me muerdo el labio por los nervios y aparece la foto de Peeta acompañada de un 8, la verdad es que no está nada mal, pero no me da tiempo a entretenerme en eso porque Katniss aparece en la pantalla con... ¡un 11! ¡La nota más alta! La plaza prorrumpe en gritos y yo me uno a ellos, porque ahora sé que Katniss tiene verdaderas posibilidades de volver a mi lado.