martes, 19 de junio de 2012

Capítulo 14

¡Por fin, el capítulo 14! Ya he acabado los exámenes y espero tener más tiempo para escribir en el blog. Espero que os guste :D






Ella está aquí conmigo. Ella. Katniss. No puede ser. Mi corazón se acelera cada vez más y escalofríos recorren mi espalda. Las cámaras enfocan a Katniss, que está tan sorprendida como el resto de Panem. Apenas presto atención, ya que una tremenda rabia invade mi cuerpo y me nubla la mente. Finalmente la pantalla se apaga y yo voy al bosque. No corro ni me apresuro, simplemente me dejo llevar. 
Cuando llevo un rato corriendo y ya ni siquiera sé donde estoy, oigo unos pasos tras de mí. Me giro y veo a Madge con la escasa claridad que proporcionan los escasos rayos de luz que desprende el sol. Lleva un vestido azul y su cabello está recogido en un moño.
- Gale, ¿que haces? -me pregunta desconcertada.
- Nada -digo bruscamente mientras reanudo mis pasos en dirección contraria.
- ¿Ha dicho ella que sí? ¿Ha dicho ella algo? 
Me doy cuenta de que sus palabras son verdad, realmente Katniss no ha dicho que sienta lo mismo que Peeta por ella; pero yo continuo caminando.
- ¡Gale contéstame! -me grita poniéndose delante mío impidiéndome continuar.
- No.
- Tu la amas, ¿verdad? -la miro a los ojos y lo que expresan es... ¿dolor?
- Si.
Ella asiente con la cabeza, se gira y comienza a correr en dirección al distrito.
Yo tardo unos segundos en tranquilizarme y convencerme de la realidad que Madge me acaba de mostrar, no es seguro que Katniss le quiera, y yo me voy a aferrar a esa esperanza, ya que es lo último que se pierde.
De camino a casa me doy cuenta de lo egoísta que soy. Yo me he estado preocupando por la posibilidad de un romance entre Katniss y Peeta cuando ella ahora mismo lo estará pasando fatal, mañana comienzan los Juegos. 
<<Puede que ella muera mañana>> pienso, aunque descarto esta idea de mi mente, ya que no puedo soportar el dolor que esta me provoca.
Ceno sin ninguna emoción. Mi madre me mira preocupada por momentos, pero no dice nada, así que supongo que entiende que no tengo ganas ni fuerzas para hablar.
Después de cenar me voy a mi habitación y me tumbo en la cama. Lágrimas y más lágrimas me inundan los ojos y acaban desbordándose por mis mejillas y mojando mi almohada.
Estoy agotado, pero no consigo dormirme, así que me levanto y me dirijo a la pradera, donde me tumbo y contemplo las estrellas. Cuando parece que el sueño por fin se comienza a apoderar de mí, me vuelvo a levantar y en mi cama me duermo, aunque preferiría no haberlo hecho...
Un grito me despierta, hasta que me doy cuenta de que procede de mí mismo. Las pesadillas no han cesado en toda la noche y han sido las peores de toda mi vida.
Me visto lo más rápido que puedo porque es bastante tarde y voy a la plaza con mi madre y mis hermanos. Busco a Prim con la mirada, pero no la encuentro así que supongo que habrán preferido verlo en casa con más intimidad, temiendo lo que pueda suceder.
El sello del Capitolio aparece y siento que me ahogo cuando los tributos van apareciendo en el campo de batalla.
- Damas y caballeros, ¡que empiecen los Septuagésimo Cuartos Juegos del Hambre! -anuncia la voz del presentador Claudius Templesmith.
Los sesenta segundos que tienen los tributos para pensar su estrategia antes de la lucha comienzan. Busco a Katniss y la veo rastreando el campo. Enfrente suyo la Cornucopia, equidistante de todos los tributos y llena de provisiones;  a su derecha, un lago y a su izquierda, unos bosques de pinos. Deseo desesperadamente que Katniss corra en esa dirección, pero veo que su mirada se posa en algo en la Cornucopia. Un arco. ¡No! ¡No, Katniss, no! Quedan 40 segundos y veo como ella se coloca en posición de correr, pero no hacia donde yo desearía. No puedo soportarlo. No puedo soportar ver como matan al amor de mi vida, así que comienzo a correr lo más aprisa que mis piernas me lo permiten, sin importarme las miradas desconcertadas que me dirije la gente, y voy al bosque. No me detengo al cruzar la verja, sino que continuo corriendo hasta que en una pradera me tropiezo con mis propios pies y me quedo estirado en la hierba verde. Me siento y rodeo mis piernas con mis brazos, balanceándome sobre mi mismo. 
La he perdido. La he perdido para siempre. Esa idea me mata por dentro. No puedo. Siento como ese dolor se instala en mi corazón y me desgarra lentamente. Intento no pensar en nada, dejar mi mente en blanco, pero no lo consigo. Y continuo sufriendo en silencio, con lágrimas que son el único testigo de mi dolor.
Una mano en mi espalda hace que me incorpore de un salto y que mi mirada se pose en la de Madge.
- Está viva Gale. Está viva y a salvo.

lunes, 11 de junio de 2012

Encuesta cerrada

Los resultados de la encuesta sobre cual es vuestro personaje favorito son estos:


Peeta
  37 (59%)
 
Katniss
  10 (16%)
 
Gale
  3 (4%)
 
Finnick
  5 (8%)
 
Prim
  1 (1%)
 
Haymitch
  2 (3%)
 
Rue
  2 (3%)
 
Otro
  2 (3%)
 

sábado, 2 de junio de 2012

Capítulo 13

Siento haber tardado tanto en escribir el capítulo, pero es que ahora a final de curso es cuando tengo más examenes... Como siempre, espero que os guste :D



La plaza se llena de gritos por todas partes, es la primera vez en mucho tiempo que los tributos del 12 consiguen una nota tan alta y por eso todo el mundo quiere celebrarlo. Yo todavía no me lo puedo creer, ¡Katniss ha sacado un 11! ¡Ha superado a todos los profesionales! Estoy completamente seguro de que les ha hecho una demostración de lo buena que es con el arco. Siento como alguien se me acerca, me giro y veo a Madge.
- ¿Como estás Gale? El otro día me diste un buen susto.
- Bien, ya estoy mejor.
- Ya lo veo -sus palabras van acompañadas de una preciosa sonrisa que ilumina su rostro.
Yo también sonrío, pero alguien la llama y ella se marcha, no sin antes despedirse.
- ¿Nos vemos mañana para las entrevistas? -me dice con un extraño brillo en los ojos.
- Si, claro.
Después ella asiente y se aleja hacia donde está su padre.
Yo me dirijo a donde están mis amigos, que se alegran de que por fin me haya dignado a aparecer de nuevo por aquí y hablar con ellos. Pero mi madre se acerca y me dice que tiene que salir a trabajar y que me tengo que encargar de cuidar a mis hermanos, así que me despido de mis amigos y me dirijo a casa con todos.
Una vez allí, ellos se ponen a jugar y yo me tumbo en mi cama.
Katniss Everdeen, un 11... La frase resuena repetidamente en mi cabeza, como si la escuchara constantemente, una vez tras otra.
Cuando llega mi madre, comenzamos a cenar y al acabar, me voy a dormir, ya que estoy completamente agotado y los ojos ya se me empiezan a cerrar.


Noto que alguien sacude mi hombro y siento los rayos del sol que entran por mi ventana. Abro los ojos y veo a mi madre.
- ¡Gale, llegas tarde a clase! ¡Corre, venga levanta!
Me visto lo más rápido que puedo y corro hacia la escuela. Tengo la suerte de que el profesor todavía no ha entrado a la clase y tengo tiempo a sentarme en mi sitio unos segundos antes de que él entre.
Como el último día que vine a clase, no consigo prestar atención y me sumerjo en mis propios pensamientos y preocupaciones. Se puede decir que me "despierto" de mis sueños cuando me lanzan algo a la cara. Miro hacia el lugar de donde proviene y veo que me señalan al suelo. Dirijo la mirada hacia allí y veo una nota de papel. La recojo y la abro. <<Gale, al menos coge un papel para hacer ver que estás prestando atención. Es que se te nota demasiado>> Se me escapa una risa y algunos me miran, pero por suerte el profesor no me ha escuchado. Miro a las mesas de los demás y veo que todos tienen algo escrito en sus folios, pero yo en cambio tengo la mesa vacia. Miro a Liam, que es el que me ha mandado la nota y articulo la palabra gracias con los labios. El asiente y vuelve a intentar mirar al profesor, aunque sé que esta prestando la misma atención que yo, y eso es igual a nada.
Por fin se acaba el horario y podemos volver a casa y prepararnos para ver las entrevistas. Estoy deseando volver a ver a Katniss. Seguro que estará preciosa con cualquier vestido que le pongan, y viendo los estilistas que tiene y lo espectacular que estaba en el desfile...
Se me pasa el tiempo volando y ya es la hora de dirigirnos a la plaza, a la que me dirijo prácticamente corriendo.
Como siempre, el sello del Capitolio aparece y las entrevistas comienzan. No presto mucha atención a ninguna en especial, solo me fijo un poco en la de esa niña de 12 años del distrito 11, Rue. Y por fin llega el turno de Katniss. Sube al escenario con un impresionante vestido rojo lleno de brillantes. Como siempre, está preciosa. Me quedo embobado mirando sus ojos, su sonrisa, cada uno de sus gestos, hasta que Caesar Flickerman comienza con sus preguntas.
- Bueno, Katniss, el Capitolio debe de ser un gran cambio, comparado con el Distrito 12. ¿Que es lo que más te ha impresionado desde que estás aquí?
Ella le mira confusa, como si no le hubiera entendido. Parece que busca a alguien entre el público y finalmente responde.
- El estofado de cordero.
Todo el mundo comienza a reír, yo incluido. Esta es mi Katniss, la Katniss de la que llevo enamorado tanto tiempo.
Caesar nota que está nerviosa, así que la ayuda diciendo que a él también le encanta.
- Bueno Katniss -dice reanudando la entrevista - cuando apareciste en la ceremonia inaugural se me paró el corazón, literalmente. ¿Qué te pareció aquel traje?
- ¿Quieres decir después de comprobar que no moría abrasada?
La gente vuelva a reír y yo vuelvo a incluirme en el grupo.
- Sí, a partir de ahí.
- Pensé que Cinna era un genio, que era el traje más maravilloso que había visto y que no me podía creer que lo llevase puesto. Tampoco puedo creerme que lleve éste. En fin, ¡fíjate! -entonces se levanta y comienza a girar sobre sí misma.
Su vestido comienza a mostrar unas llamas tan espectaculares como las del desfile y vuelve a dar la impresión de que está ardiendo.
Caesar le pide que no pare, pero ella finalmente se detiene, mareada.
- Bueno, hablemos de la puntuación: once. Danos una pista de lo que pasó allí dentro.
- Hummmm... Sólo diré una cosa: creo que nunca habían visto nada igual.
Las cámaras enfocan a los Vigilantes, que ríen y asienten, y yo no me extraño, por que nadie se puede comparar a Katniss.
Caesar le pide detalles, pero ella no dice nada. Finalmente le pregunta por su hermana.
- Volvamos al momento en que dijeron el nombre de tu hermana en la cosecha. Tú te presentaste voluntaria. ¿Nos puedes hablar de ella?
Las facciones de Katniss endurecen al instante y se que no quiere hablar de ella, no con esa gente.
- Se llama Prim, sólo tiene 12 años y la amo más que a nada en el mundo. -después de estas palabras se podría escuchar hasta el zumbido de una mosca.
- ¿Qué te dijo después de la cosecha?
- Me pidió que intentase ganar como pudiera.
- ¿Y que respondiste?
- Le jure que lo haría.
- Seguro que sí -después de estas palabras suena el zumbido con el que finaliza la entrevista. Claudius le da la mano dice - Lo siento, se acabó el tiempo. Te deseo la mejor de las suertes, Katniss Everdeen, tributo del Distrito 12.
El último en subir es Peeta. Intento prestar atención a su entrevista, pero todavía estoy recordando lo increíblemente hermosa que iba Katniss con ese precioso vestido.
Peeta y Caesar comienzan a olerse mutuamente, decidiendo cual de los dos huele más a rosas, y haciendo otras muchas bromas. Pero hay un tema que hace que la cara de Peeta adquiera un tono serio.
- Dime, ¿tienes alguna chica especial esperándote en tu distrito? -Peeta niega con la cabeza, aunque no parece muy convencido, así que Caesar continua insistiendo - ¿Un chico guapo como tú? Tiene que haber una chica especial. Venga, ¿como se llama?
- Bueno, hay una chica - cede él finalmente - Llevo enamorado de ella desde que tengo uso de razón, pero estoy seguro de que ella no sabía nada de mí hasta la cosecha.
No puedo evitar sentir lástima por él, ya que sé lo que duele eso, un amor no correspondido.
- ¿Tiene a otro? -pregunta Caesar, con el corazón en la mano.
- No lo sé, aunque les gusta a muchos chicos -me pregunto si se tratará de Madge, ya que sé que ella tiene algunos chicos detrás suyo.
- Entonces te diré  lo que tienes que hacer: gana y vuelve a casa. Así no podrá rechazarte, ¿eh?
Es un buen consejo, pero espero de todo corazón que no lo lleve a cabo, ya que la que quiero que vuelva a casa es Katniss.
- Creo que no funcionaría. Ganar... no ayudará, en mi caso.
- ¿Por qué no? -pregunta Caesar, perplejo.
-Porque... -empieza a balbucear Peeta, ruborizándose -Porque... ella está aquí conmigo.